LA SEÑAL DEL MÓVIL PROVOCA CONFUSIÓN EN LAS ABEJAS, PROPICIANDO SU MUERTE PREMATURA.

Estudios realizados en Suiza han confirmado que existe una relación directa entre las radiofrecuencias de los móviles y la dramática disminución de la población de abejas en lugares densamente poblados.

Las conclusiones de este estudio muestran que las abejas son muy sensibles a las radiofrecuencias provocadas al momento de generarse una llamada, momento en que el móvil genera la mayor cantidad de señales residuales.

Como forma de defensa, las abejas entran en alerta y zumban de forma más intensa, pero la naturaleza de estas señales las confunde de sobremanera, provocando que vuelen de forma errática para luego morir de forma súbita.

El líder del equipo investigador, Daniel Favre, hizo colocar un teléfono móvil en varios estados: apagado, encendido y/o recibiendo/realizando llamadas, debajo de una colmena para observar el comportamiento de las abejas y sus reacciones.

Resultado: Las abejas reaccionaron de forma muy violenta, lanzando chillidos agudos en señal de la reina de abandonar la colonia, cuando el dispositivo recibía una llamada o las hacía, i.e., la emisión y recepción de señales las desorientaba y por consecuencia sentían un ambiente inseguro. Pero si esta señal se hacía más intensa o se prolongaba podían morir así sin ton ni son.

Cuando el teléfono estaba apagado o encendido sin actividad, ellas no mostraron esa reacción.

Daniel Favre consideró que los teléfonos y las antenas repetidoras contribuirían a la densidad de población de abejas, razón por la cual pidió hacer más investigaciones para confirmar algunos resultados ya estudiados.

En países como Inglaterra y Estados Unidos, la población de estos insectos — parte fundamental en la cadena reproductiva de gran cantidad de flores, plantas y afines — ha caído en un 50% in the last 30 years, tiempo similar al que hemos convivido con la tecnología móvil y que muestra la rápida merma en el conteo de abejas en países desarrollados.

Un efecto residual no deseado de la movilidad que, de no ser subsanado a tiempo, podría provocar un severo desajuste en el ecosistema.