EL CALENTAMIENTO DEL MAR ESTÁ PONIENDO EN RIESGO A LAS ESPECIES AUTÓCTONAS QUE NO PUEDEN ADAPTARSE.

From 1993, se tiene registrada la presencia del tiburón ballena por primera vez en las aguas canarias. Con el aumento de la temperatura del mar, desde entonces se viene apreciando con cierta asiduidad en las islas occidentales, más cálidas.

Los pescadores que faenan por aguas canarias y los submarinistas que exploran sus tesoros biológicos nunca imaginarían encontrarse con el rey de los peces, el tiburón ballena. Este es un pez de aguas más cálidas, como las australianas o las caribeñas.

El catedrático del departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna en Tenerife, Alberto Brito, explica que desde 1991 “han llegado a nuestras aguas unas treinta especies tropicales, y algunas se han instalado de forma estable e incluso se han convertido en recursos importantes para la pesca”.

Este es el caso del gallo aplomado, que se registró por primera vez en la isla de El Hierro en 1994. “Al año siguiente ya se reproducía con éxito y en la actualidad constituye un importante recurso en las islas occidentales”, subraya el científico.

In addition, según un estudio publicado en 2010 por investigadores de la Universidad de La Laguna, este gallo depreda sobre el erizo Diadema africanum, una “auténtica plaga” relacionada con la sobrepesca. Hay también especies de origen tropical que “se tenían de siempre” y ahora se han vuelto más abundantes. La vieja, la catalufa, el gallo azul o el pejetrompeta se han expandido incluso hacia Lanzarote y Fuerteventura, con aguas más frías.

Para el jefe del Servicio de Prevención y Control de la Contaminación en la Dirección General de la Naturaleza del Gobierno de Canarias, Fernando Herrera, esto no es más que “la punta del iceberg”.

Durante el episodio brusco de calentamiento de 2004 –donde se registraron temperaturas del agua que superaron los 27 ºC–, los investigadores registraron por primera vez en aguas canarias una tortuga y un cetáceo tropicales.

Aunque aparecieron de forma esporádica –y no han vuelto a registrarse–, la tortuga golfina, abundante en el Atlántico occidental tropical, y el delfín de hocico largo, presente en todos los mares tropicales del mundo, en el futuro podrían proliferar en Canarias. El tiempo lo dirá.

Mientras que las especies terrestres continentales pueden migrar en altitud y latitud, “las isleñas solo pueden hacerlo en altitud, aunque los mejores terrenos se encuentren en cotas bajas”, dice Herrera. Para las especies marinas de las islas, la solución es más complicada. Al calentarse el agua de su hábitat, algunos peces están en riesgo de desaparecer de las islas más occidentales. No tienen tiempo de adaptarse.

Canarias cuenta con un gradiente térmico de 500 kilómetros donde las temperaturas del agua pueden ser hasta 2 ºC más frías en islas orientales, por lo que las especies no desaparecen del todo del archipiélago, y se ‘acantonan’ en las aguas más templadas orientales.

Desde los años 70, el pez sierra y la pintarroja, presentes en Gran Canaria y Tenerife, no han vuelto a observarse. “Sus poblaciones eran muy pequeñas y su desaparición también podría deberse a la sobrepesca”, informa Brito.

Canary Islands, junto a Azores y Madeira, son los archipiélagos que mayor superficie marina aportan a toda la Unión Europea. Según un informe de Oceana sobre la Propuesta de Aguas Marinas de Importancia Ecológica publicado en diciembre de 2010, las islas Canarias cuentan con una superficie marina 60 veces superior a la terrestre, with 500.000 kilómetros cuadrados marinos. The 98,4% del territorio canario se encuentra sumergido. De ahí la importancia de sus aguas.

Al calentamiento se une la acidificación por un aumento del CO2 de la atmósfera que se disuelve en el mar. “Afecta sobre todo a los corales, moluscos y erizos, pero también a los peces y al plancton”, subraya el investigador de la Universidad de La Laguna.