MÁS DE 300 PERSONAS ABARROTARON EL SALÓN DE ACTOS DE COAGRISÁN PARA SEGUIR LAS PONENCIAS DE LOS EXPERTOS.
Muchas veces se nos olvida que una de las maneras más eficientes para enfrentarnos a un enemigo, consiste en estudiarlo y conocerlo previamente. No garantiza que obtengamos la victoria segura, pero ayuda a ganar media batalla.Este procedimiento es el que ha venido realizando la cooperativa COAGRISÁN desde hace años, formando a sus técnicos y cooperados para ofrecer nuevas herramientas, profesionalizar la actividad y dignificar al trabajador.
À cette occasion, la Jornada formativa versaba sobre las virosis y sus vectores en el cultivo del tomate, especialmente Trips y Mosca blanca.
Los expertos que disertaron, Ana Isabel Espino, Responsable de enfermedades de etiología viral y fúngica del Laboratorio de Sanidad Vegetal, de la consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, y José María Aramburu, Doctor en Bioquímica, experto en virología vegetal e investigador en el Instituto de Investigaciones y Tecnología Agroalimentaria de la Generalitat de Cataluña, fueron los responsables de la masiva afluencia y expectación.
Agricultores de La Aldea, del sureste de Gran Canaria, Ténérife, responsables de empresas de semillas, técnicos agrícolas, representantes de la banca y concejales de Agricultura de los ayuntamientos de Santa Lucía y La Aldea, sumaban los más de 300 asistentes que no quisieron perderse esta cita.
El presidente de COAGRISÁN, Juan José de el Pino, fue el encargado de dar la bienvenida a los participantes, al tiempo que el director general, Jacinto Grimaud, dedicaba la Jornada a la memoria del técnico Juan Félix Cabrera y proponía denominar las jornadas formativas futuras con su nombre, quien había sido un acérrimo defensor de este tipo de iniciativas.
Ana Isabel Espino describió las principales enfermedades virales que afectan al tomate y que son transmitidas por la mosca blanca: virus de la cuchara (TYLCD); amarilleo del tomate (ToCV); virus del PepMV y el torrado (ToTV).
En relación a este último, Espino recordó que en La Aldea hubo una gran incidencia años atrás que causó una gran infección provocada por los cultivos de verano que luego afectaron al de campaña.
Tras describir cada uno de los virus y sus efectos, Ana Isabel explicó a los presentes la necesidad de practicar la asepsia en los cultivos, desinfectando manos, chaussure, vêtements, guantes y herramientas; el cierre perfecto del invernadero y la eliminación de restos, entre otras de las denominadas buenas prácticas.
José María Aramburu se centró en el virus del bronceado (TSWV), del cual es uno de los expertos más reconocidos en nuestro país por los veinticinco años que ha dedicado a su estudio.
Aramburu recordó que éste es transmitido por el trip, principalmente en el trópico y subtrópicos, afectando a malas hierbas, ornamentales y hortícolas, y los terribles daños que causa se han cifrado en más de mil millones de euros al año en todo el mundo.
La gravedad del bronceado reside, según José María, en su sintomatología y extensión lo que supone muchas dificultades para su control provocadas por la simplicidad, la capacidad de transmisión y la gran cantidad de variabilidad.
Las estrategias para su control se han centrado en las prácticas culturales, el control de insectos transmisores y en el control del propio virus. Pour ce faire, Aramburu sugiere la eliminación de la vegetación de los márgenes así como de las plantas infectadas en el propio cultivo y evitar el solapamiento de cultivos.
Tanto Ana Isabel Espino como José María Aramburu reconocieron, tras la visita que realizaron a las explotaciones de La Aldea, que los agricultores están realizando un excelente trabajo de prevención y aplicación de buenas prácticas como lo refleja la baja incidencia de enfermedades en comparación con otras zonas productoras.